Los niños y niñas están en un proceso de aprendizaje de las relaciones vinculares. ¿Qué podemos hacer los y las docentes para ayudarlos a construir vínculos sin recurrir a la violencia? ¿Cómo podemos alertar situaciones de maltrato entre pares si los niños y niñas no se animan a contarlas? La experiencia de los y las docente pueden despertar ideas para prevenir la intimidación en nuestras escuelas. Una maestra todos los viernes por la tarde pide a sus estudiantes que tomen una hoja de papel y escriban los nombres de los niños o niñas con los que les gustaría sentarse la semana siguiente. Los chicos y chicas saben que ese deseo puede o no cumplirse. También les pide que nombre a un compañero o compañera que, según su opinión, tuvo un comportamiento ejemplar durante esa semana. Los y las estudiantes entregan las hojas sin revelar nada a los demás. Una vez que los niños y niñas ya se han ido a sus casas, la maestra toma las hojas, las pega en la pizarra y las analiza buscando patrones. ¿A qué niño o niña nadie menciona como compañero/a de asiento deseable? ¿Qué persona no nombra a ningún chico o chica con quien quiera compartir asiento? ¿A qué alumno/a nadie elige nunca? ¿Quién tenía mil amigos la semana pasada y ésta ninguno? La maestra no busca una nueva forma de distribuir a las y los estudiantes, ni aquellos/as que muestran un comportamiento ejemplar. Lo que busca es identificar a los niños y niñas solitarias, quiénes tienen dificultades para vincularse con sus compañeros y compañeras. De este modo descubre a los chicos y chicas que han caído en grietas de la vida social del grupo, así como aquellos cuyos dones pasan inadvertidos para sus compañeros/as y ante todo quiénes padecen y ejercen situaciones de intimidación.
Los niños y niñas no suelen contar a las y los adultos si sufren o ven situaciones de intimidación por miedo o vergüenza. Nosotros que debemos ayudarlos no solemos enterarnos. Por esa razón estrategias como las de esta docentes, ayudan a visibilizar este tipo de situaciones y permiten que los adultos nos involucremos en el acompañamiento y guía del proceso de aprendizaje que a traviesan los niños y niñas para la construcción de sus vínculos de amistad. Los niños y niñas necesitan que les enseñemos cómo hacer amigos y amigas, cómo invitar a otros a jugar, como integrar a todos, cómo unirse al grupo, como compartir sus virtudes. Es una gran estrategia para prevenir y reducir las situaciones de intimidación. Cuando la docente terminó de contarle la experiencia, se le consultó : ¿Cuando inició con esta actividad? Desde el hecho de Columbine, lo realizo todos los viernes por la tarde, contestó.
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Octubre 2016
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